(como tanto temía, me quedé dormido en la bañadera, y lo que sigue se deriva de tan terrible suceso)
"...entre sueños, una niña-muchacha me gritaba:
- Ko-Ké! Ko-Ké!
...y yo:
- Lo ké?
...y ella, nuevamente:
- El hombre que hace hombres! Ko-Ké!
...y entonces yo:
- Ah, sí! Claro, soy yo, lo había olvidado...
(sentía vergüenza, pero mi mente era solo confusión)"
Allí la imagen se esfuma cual halo vaporoso y me hallo como lo que soy: un ahogado en potencia, un penitente mojado, un majo desnudo. Lo último que atino a exclamar antes del nuevo desvanecimiento es: "Téhura! Ven Téhura, mi dulce niña de Papeetee!"
Continuará...?
Dr. Nick Riviera
Filólogo impenetrable del Chaco.
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