samedi 1 novembre 2003

TEN SORBE SITIBUNDA


LÁNGUIDO: durmiente añejo reposo del guerrero.

Tus castañ(az)os memorioso yo plañía en la platea; ay calvario(so) de holocausto escénico, (micro)cosmos de anatema(tizados) moscos que ya fue (ron, ya pasó): ¿qué será de ti, de-dé (us ex machina)?
Técnicamente hablando: adefesio: su implementación poética.
Y un puro e indigno enorme o sea. Un cebe de chácharas a oscuras u odiseas de casuísticas por teatral mejunje. O sea. Trabas podridas. Desconches procelosos, de acabadas y mulas, perimidas de recuerdos, paladares miga(ja)s de talento.
Pobre (de ti); de compasión pobre seré indulgente tu verdugo de sevicia, en ovación de sangre negra, de guión representado en carne viva y líneas declamadas.
Tan fuiste conmigo (y otros, mas no importa) así de mala. De(l) todo pijotera. Tú, la obra corta de actuación telón más fin y luego no más es todo buenas noches. ¡Fuera perro a la calle!

TIRRIA: dulcineo añoso repollo del güevero.

El transmigrar sufriente trepida en asonante sublevar.
Y en este otro acto más bien privado, allí donde capear el temporal de cama, los papeles cambiaremos. Yo molesto y protagónico y tú serás de hinojos prosternada mi ópera mucama, piraña de bragueta para engullir pionera. En felación de churro cual galleta abonarás viles peca(do)s; yendo dulce de azúcar a (en)salada.
Fecundo y no Facundo, clamaré empecino de gansos y graznidos, pues candente con la pava soy el déspota del termo:
"Ambrosia y no ambrosía: ¡no es garrafa!
Ahora, farisea, empinarás cual estupor castigo de himeneo el mate de (costumbrista) cuero."

TAITA: duendineo añero remojo del gomero

Mañana de opulencia. A ti te hablo, músculo elocuente y flexor que bien te veo; hercúleo amigo de forcejear feroz: te nombro Caballero.
¿Sabés cómo te quiero?

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