dimanche 31 octobre 2004

érase el acto carnal entre una liebre hembra y un pescado macho.
el inspector ardilla, festejante de la libertina liebre sorprende el toma y daca flagrante, de manos en la masa y fraguandosé ahí ahí mismo ante su hociquito.
el instante luctuoso y desalado cualques ver sus supuestos derechos segarse, establece un ardilloso pasmo instantáneo.
de resultas, cae desde su boca hacia sus manos una suculenta bellota que venía mascando lo más pancho.
el fruto en cuestión es mal habido, bellota de discordia y manchada de perjura sustracción.
esto es, patéticamente solicitada a punta de abusa autoridad a su legítimo propietario en las peores artes policiales de opresión y latrocinio comunitario al comerciante indefenso.
bolichero indefenso como cualquiera cuentapropista al arbitrio de las fieras parasitarias sinnúmeras, por una parte; por la otra, evasor consuetudinario de rapacidad del tipo hormiga: pequeñas sumas día tras día tras día inagotablemente hacen al fisco pases de magia e ilusión esfumada.
el inspector se siente algo mareado y se ha confuso: "i feel somehow sick and guilty" en sus palabras originales.
díes írae, eleva blasfemias al cielo vituperantemente y, mismo el todo por el todo mismo, al impulso certero arroja la bellota a los sufragantes.
ésta se convierte en inocente vehículo de brutal crimen pasional: liebricida y pesquicida en un principio.
a posteriori: el inspector contempla el macabro consecuto de su othéllica resolución y tomando la verduga bellota, la rocía de mortal veneno y de llanto, consiguiendo su propio occisir tóxico post-ingesta: suinspecticidio.
desenlace fatal-á-trois.
corolario doctrinal: quien esté liebre de pescados que arroje la primera y última bellota.

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