mardi 21 juin 2005

Dios es bueno...

...y no solo se atreven a decirlo y a-firmar sin vueltas la bondad de diosss mío, aun más: lo estampan en una remera y la venden al mejor postor, que es el que pone la mosca que piden a cambio de aquella los impostores. Encima, la remera es muy pero muy trucha. Paupérrima, para los que obedezcan a cierto vocabulario de elite. Si el tatadios resulta ser tan bueno, vayan y háganle, confecciónenle si quieren, una prenda como la gente y así harán que la gente se lo crea, y no como ustedes (de aquí en adelante denominados ellos).

No tuve el arrojo de meterme a preguntar el costo de la misma porque no puedo entrar en los teatruchos, flor de teatruchos, donde andan salmoneando a troche y moche. Me da pavor y accesos de horrorrisa. Espasmos. Me broto, me da urticaria. Convulsiones; tos. Creo, ferviente es mi fe, que si entro ahí me secuestrarán y con distintas y exquisitas magias brasiloides pai lava-marotes me vendré zombie y devendré maluco y dixit (loco). Loco bueno, que es el más cándido y pelotudo de todos. Un loco tal vez lo sea, pero un pelotudo no es, generalmente, inofensivo. Para nadie.
En la vereda un flaco chupado (de flaco, no de mamado) me asalta y convida a tomar una revista al efecto, la "Miss Universos" me parece, casi apuñalándome con ella en un riñón.

- Acá está la data -me dice sin pasión, tele-comandado a distancia (es redundante la aclaración "a distancia", pero muero por pecar). Porque resulta que ya no se dice más 'información', ahora es data o a lo sumo, info. Qué mal anda el progreso che.

Y me da asquito acá: en la punta de los dedos, un chucho de ofri dactilar (raro); como un calambrecito. La rechazo con la violencia que corresponde a la burla, con ese "no" arrastrado, de suficiencia, de quien dice con una sonrisita socarrona: "no, pibe, porque yo juno posta y vos meás afuera del tarro". Sale así de dañino, pero no por la voluntad del adrede, sino merced a un acto reflejo del perspicacísimo inconsciente, aunque suene a paradoja ser/tener un inconsciente lúcido. Es un convencimiento, una fe y no algo reflexionado, sentiende. Y sintendieron entonces para qué carajo me hacen aclarar, que quedo como un insoportable...
Bueno. Me responde "gracias y disculpe", siempre en automático, con similar acto reflejo, en este caso el que señala que aquél chabón que no agarra la piola revistita, no existe. Las etéreas gracias y las disculpas son también, para el aire, el dios eólico de la culpa y la des-gracia.
Aminorando el paso algunos milímetros por segundo, miro fugazeta para adentro del antro: bailotean todos los acólitos paraditos, butaqueados y sin comer palomitas de maíz (la retórica del lenguaje neutro globalizado aquí jamás dirá "pochoclo", jamás). Sobre gustos etcétera pero la película es mala, es patética, es para mandarlos al infierno. Quizás no a los siervos de esos señores que son los dueños del templo, inclusive los franquiciados, sino precisamente a estos últimos, a los instigadores y perpetradores de tanto crimen enlo penal, enlo económico y enlo contencioso del fuero del alma. Claro, algunos destos hipócritas de la patronal de los pastores se sirven de los viejos preceptos de los viejos cientistas de lo divino, quienes aseguran que los animales no tienen alma y que las mujeres tampoco. Y que kesú kepd era como un robó, un androide de Yo, Asimó(v): que no se rió nunca ni lloró tampoco (kesú, no asimó), pero sin embargo no era un simple monito simioide.
En fin, cuestiones con-laterales de la misteridad de la creapción. Y de su-breptixia percección. Porque lo que en definitiva perciben tienen todos, los siervos bailarines, es guita. A propósito, acá meto eso de que "por el oro baila el mono". El mono sí desciende del moro. Bué... msé.
Decía, lo que importa es la biyuya. Tengan poca o mucha. Poca desde ya, o la suficiente como para tomarla (como un óbolo) y ayudarlos a salir de la miseria (espiritual). De la otra con ellos no se sale. Pero al fin y al cabo, ¿qué es el ser? ¿Materia o espíritu? ¿Sociedad o consumo? EH? EH?
Acá tiro una bomba: según un informe confindemencial de los servicios de inteligencia, que estudiaron in situ las actividades de estos comerciantes de EEC (esclavos emancipados del cerebro) se concluye con que para ellos el ser es una mongolidad ontológica, a la que se le puede quitar el dulce de sus manitas que jamás lo apreciarán (ni el dulce ni que se lo quiten). Digo yo, de tanta inteligencia hay que ser vicioso...

Un tipo toca una guitarra (la toca por decir la sostiene y le da golpecitos, no entremos en la banalidad insignificativa y erudita de si la rasga o la rajuña, usa o abusa). Junto a él, una mina anima. Forramente, como la pelotudez de seguir ad infinitum perser secula selaculearon con jueguitos de palabras... dejémoslo ahí. Cantan todos (mal). Peor es "lo qué" (cantan todos mal), osea las lyrics. Nobstante hay que confesar... que son pegadizas. Sobre todo esa de "déjalo que te toque (...) y recibe su bendición".
El público es heterogéneo, pero me palpito que es todo una (especie de) misa, en escena(rio). Y no me río. La mayoría, ahora me digo, me repito paranoide, son falsos jugadores de ellos para tentar a la alegría ficticia y sumar nuevos desesperados verdaderos a la causa del mal. Igualito, por abundar con un paralelismo ejemplificador, que los vivillos que invitan en las plazas a descubrir la bolita abajo del vasito, con su séquito adicto que gana siempre y los incautos apostadores que siempre pierden (iba a poner "terminan sequitos" pero me lo reservo). Claro que la diferencia es que ésta es toda buena gente, afana sí, pero desde la inocentada simpática del chorizo de baja monta y no a través de la sofisticada refinación del maleficio del anclaje psíquico-místico-mesiánico, con el objeto de demostrar por trasmutación que un mono mongólico tiene alma, gracias a que tiene algo de guita y birlárselan por lo tanto. ¿Genios o hijos de remilputas?

Mientras tanto sudo, la vereda no camina bajo mis pies y el negocio de al lado (un parripollo celestial) no se acerca. Las piernas me pesan sobremanera y no llego. Con un esfuerzo que no será el último, alcanzo a ver los pollos. Estoy salvado. Gracias. Adiós.
Fin.

PD: Y sí, menos mal que dios es bueno como una mandarina.

vendredi 10 juin 2005

Lazagña

Escribir o desescribir el plato en cuestión de esta manera en la elegante pizarrita del pretensioso "bistró" no es la hazaña más grandemente descripta, sino que ella más bien consiste en tener el mismo "resto bar" lleno de gente y reclamante por la mentada y lamentable lasagna tan luego y después de la saña y la barbarie de ofrecerla a la napolitana (?) por $11,90 sin bebida ni postre.
Ahora no me acuerdo exactamente el dónde del nombre o sinrazón social, pero pronto sacaremos la careta descarada a estos brutos chorros del Once. Yo por esa guita como de forma más letrada como una semana... pst.