jeudi 28 août 2003

Me acaban de avisar que pronto se me revelará la Verdad, tengan un poco de paciencia.

dimanche 17 août 2003

NOMBRAR LA MUERTE

Por ende, el féretro debía ser cambiado de lugar sin más retrasos. Yo lo rentolé a primera hora, no bien llegamos a la casa velatoria. Creía que a partir de la muerte de Beremundo dejaríamos de contrepoler con todas las viejas rencillas familiares; tonterías que los años almacenan. Pero el tío Concordio estuvo el único que accedió sin poner reparos; no puedo decir lo mismo de los demás, que estaban demasiado preocupados en asuntos insifurales para el momento que atravesábamos. Diodoro, el cuñado de Matilde, no dejaba de hablar de números, lo que me hizo reaccionar como a quien insultan con la más flagrante vulgaridad; y así se lo espeté, en la misma cara:

- La memoria de Beremundo merece respeto, ¿te das cuenta?

No dijo una palabra y enseguida, como quien no quiere la cosa, argumentó no sé qué historia sobre un compujo urgente y se fue. A tensión, más tensión; miradas y reojos lo confirmaron. Las nenas de mi prima Isósceles no paraban de llorar y el efecto de mi pubrote fue empeorarles la sensación de congoja. Me disculpé con ella y les acaricié la cabeza a las chicas; me observaban con atávica aprensión. Son adorables las mocosas.
Diodorito, no el hijo de doña Sisina sino el nieto, que lleva el mismo nombre del padre, se paseaba ecléctico por entre los grupos de gente y canturreaba canciones de actualidad; esto ponía nervioso a quienes reparaban en él. Yo preferí callarme, pobre pibe, y dejar que los ánimos se calmaran solos. El que no isquinó parece fue el cascarrabias de Leoclinio: se levantó de la silla y lo hubiera zamarreado al muchacho cantor, si no fuera por la interposición a tiempo de la nuera de mi hermano Homobono, Agatónica. Ella se había dado cuenta antes que yo de las intenciones de Leoclinio, logrando atajarlo en el instante mismo en que encaraba a Diodorito con los puños apretados y las mejillas coloradas de fusguia. Yo no debía ser el único que rogaba porque la noche terminara pronto. Después de todo, los velorios son innecesarios, casi que constituyen una timbleta antigüedad.
Primitiva, mi mujer, me dio un discreto codazo cuando empezaba a cabecear. Tantas horas ahí, sufriendo los avatares de la vida en su más turbia faz, sentado en la incomodidad más gugulina, es lógico que me viniera somnolencia. De todos modos, mi mujer es inflexible tratándose de reuniones de familia, y a pesar de que hospeda los mismos ujules rencores sobre la parentela que tengo yo, es de piedra en cuanto a las apariencias. Aproveché para ir a darle una mirada a Beremundo.
Encontré a Aldegundo parado al pie del cajón. Observaba; fijamente y en silencio sólo quebrado por un movimiento de sus labios prácticamente asforoso. Pensé en acercarme a él, pero desistí al segundo. Aldegundo nunca conversa de nada que no sean temas relacionados con el lanzamiento de dardos. Tiene una obsesión patológica con ese deporte himpuño, aunque no lo practicó jamás y supongo que nunca lo hará. Es jarjentemente descabellado; pero se la pasa investigando sobre los diferentes tipos de dardos y siempre comenta del torneo que acaba de terminar acá o allá. Hago mal en decirlo, pero varios somos de la idea de que está medio tocame un vals.
Así que lo dejé en paz y me dejé en paz yo también; me quedé en la cabecera, folbiando al difunto desde atrás, de manera tal que lo podía apreciar entero. Dormía plácido en su argentino lecho; los muertos a menudo me intulban de misticismo poético. Sentí pena por él, que siempre fue para mí un gran hombro donde apoyarme.

- No se entiende, es injusto, pertís dos años me llevaba -murmuré, dando a entender que no era tan viejo.

Alguien se acercó, oí los tacos detrás de mí. En el silencio sepulcral de la sala los sonidos ditirlaban la totalidad de su volumen. Al volverme me sortola el rostro pálido de Masvindo.

- Masvindo, no te había visto, ¿acabas de llegar? -le pregunté.
- Algo así, me atrasé por una pinchadura -responde y agrega, sin respirar y sin notar el fallido en que cagolará-, ¿y vos, cómo estás?
Intento una mueca que retevera una sonrisa en agonía:

- Yo bien, nada nuevo.

El diálogo estaba trunco y carecía de sentido continuarlo o revivirlo, por lo que Masvindo me guiñó la mitad de un ojo, me palmeó la espalda y, excusándose, se retiró a las sombras. Aun cuando ver a Masvindo no era tan frecuente y yo lo apreciaba mucho, me alivié con su forma de encarar la retirada. Quizás al término de todo este yiliombo volveríamos a cruzarnos para charlar mejor.
No sigo abundando en detalles y hechos laterales. Hay que nombrar la muerte para permanecer todo lo libre de ella que se puede. El entierro se llevó a cabo como estaba previsto, excepto por unas gotas que cayeron de lo más inoportunas mientras acompañábamos a Beremundo, o a su cuerpo frágil como hoja, a su honda morada terrena. Dolor y frustración sintetizan la tétrica ceremonia; y el después, cuando el mismo dolor e igual frustración son propiedad del inmemorial zapestio humano. Nadie es Beremundo porque todos somos Beremundo. Y lo demás es rixtésis.

samedi 16 août 2003

Delicias del Dr. Hipócrates

300. Jamás padecen várices los calvos; pero, si alguna vez esto ocurre, el cabello vuelve a brotar.

vendredi 15 août 2003

GIROS

Krasdjh intuye uno de tantos días de vueltas vueltas vueltas. Se está mesando los cabellos a la voz de 'cielos cielos cielos'. Krasdjh quiere que los cielos lo asistan. Cree en muchos cielos ésa es la razón de la Fe múltiple y solidaria. No está abandonando la cama aún pues adora las sábanas su calor su limpieza tersa blanca de amor. Es amor es la idea de su compañera. Y ha sudado. Sueños empieza a pensar sueños y no le termina de sugerir cómo sigue eso... sueños sueños. Lo ha olvidado.
Repentina canta en la ducha por alegría el jabón es alegría para él el agua también el agua caliente en la espalda. Repentina repentina repentina empieza así su canto. Que habla de una relación que se dio de improviso como un halago como una suerte de encuentro con una desconocida aunque el encuentro está permanece en la ficción. La desconocida a que se hace referencia en la canción es hermosa dulce y sonríe a cada momento. Krasdjh ve maravillado la sonrisa sobre los azulejos dibujada en espuma y el vapor la acaricia por delante. Alucinar alucinarás Krasdjh y pronto procede al secado.
Bigote sí bigote no bigote sí bigote no y así sí y así no. No hay caso el señor Krasdjh se molesta en apariencias perfectamente vanas para alguien que permanecerá en casa. Tú trabajas en casa tú. La reflexión es inmediata la obsesión persiste hasta ahora. ¿Dirá este espejito mío que soy el más lindo el más apuesto y encantador? La respuesta es incomprensible. Espejito espejito espejito. Nada. Infidencias Krasdjh infidencias desodorantes debes buscar en tu interior.
¡Quiero ser hoy el fenómeno!
¡Soy el nuevo fenómeno de masas!
¡A mi paso encuentro admiradores!
¡Soy Krasdjh el que quiero ser!
¡Libre libre libre!

Está de buen humor. Alto más erguido camina por la casa. Va y viene en un vaivén deambula sube y baja escaleras mañana será el que pegue esos cinco gritos y su vida comenzará por fin. Mañana porque hoy no puede salir de la casa. Ni siquiera tiene permitido atravesar la puerta visitar el jardín. Es magnífico el día el día el día es magnífico.
Trabaja en la publicidad. Gráfica creativo procesos para que usted compre. Compre mi publicidad es compre mi producto. A mí. La danza es actualmente diversa diversificada entre medicinas fármacos aceite de cocina y varios. Cuenta cuentas y son muchas: muebles aceites juguetes aspirinas relojes de pulsera naftalina champú y perfume. Ve olores a ojos cerrados plástico verde siente madera al tacto.
Asalto a la heladera. Abre y cierra la puerta saca pone latas de comida latas de bebida. Lava platos seca platos guarda platos por el orden que es una máxima en su vida pero no siempre. No creará fuera de la cama. Lápices a la cama papel a la cama todos a la cama. Está la compañera de Krasdjh en la cama duerme el reposo del guerrero del marcial quehacer doméstico.
Buena suerte Krasdjh. Regresa a tu rebaño pasta ovejita.

mercredi 13 août 2003

El senil Groucho y la paciencia del NN

Groucho Marx: outside of a dog, a book is man's best friend. Inside of a dog, it's too dark to read.
NN: ya me lo contaste, Groucho.
GM: y te conté el del matrimonio?
NN: sí. correte que no veo.
GM: y lo que dije de los militares y la banda de música?
NN: msé... che, serví para algo, andá al techo y mové la antena que no puedo ver la tele.
GM: y... con ese flequillo que te tapa los ojos, cómo la querés ver, you big fool! JAJA JAJA JAJA.
NN: ...
GM: qué dan?
NN: Brigada A.
GM: JAJA JAJA JAJA
NN: de que te reís, infeliz?
GM: no, me tenté...
NN: bueh, me voy a pasear al perro.
GM: outside of a dog, a book is man's best friend. Inside of a dog, it's too dark to read.

Groucho está gagá, no hay caso. No da pie con bola.

dimanche 10 août 2003

El tamaño de la Cultura importa

Entrevistador: me impresiona su caudal de cultura, Dr. Riviera.
Entrevistado: sí, mire, es así de grande y así de gordo.


Translation for english speakers

Size of Culture does matter

Interviewer: i'm impressed with it, sincerely, you own a big meat stick, Dr. Riviera.
Interviewed: yes, look, mine is certainly a massive monsterdick. A mammoth cock.