vendredi 26 décembre 2003

jeudi 25 décembre 2003

jeudi 18 décembre 2003

Extracto que por ahora conforma un casi todo de mi tremolante Manual de ascetismo revolucionario, de próxima edición según demanda (todavía en veremos).


iii) El tocomocho

Pululando en radiante cárdeno, la misión del asceta va y viene, en un devenir cuya traza soliviantante, mortal ejemplo de temperancia, más rápido que ligero conviene consolidar. Qué y cómo, bifúrcanse pronto las consultas; pues bien, nada más sencillo que esto: sea asceta, dele nomás, pero métase bien en la cabeza que calavera no chilla. Y el cómo no es menos importante, no acepta menor rigor que lo anterior, desde que la célebre pregunta: "¿cómo como?", descansa en tres sabias palabras: "(-qué sé- yo) como como, como".
Sus impías cadenas eternas, rancias leyendas perviven en el imaginario vulgar. Grutas hondas y obscuras, arrozales y pantanos de Oriente, son pasto fértil para las reses mansas; instantáneos pavores que pacen fantasías, sedes ásperas que abrevan en aguadas de amargo sabor.
¡Y todo por darse tanta manija, caramba! La malasangre nos abruma el intelecto hasta cosechar canas verdes: inmadurez que nos tiene podridos, la síntesis paradojal.
Cuestión de entregarse sincera y factiblemente al arbitrio de la luz cósmica. ¿Acaso temeréis al engendrador del Cosmos? Naturalmente que no. Entonces, estimado asceta, señala si puedes el camino. Mas luego prefiere su trasiego con decisión feliz, no te pierdas en sus múltiples encrucijadas, ante el sí fácil apela al no sin vueltas, así nada ni nadie te torcerá el brazo. Elige con el corazón, o con el bazo, por qué no: de tus órganos es cualquiera ése animalito de dios y Él abarca tu organismo por doquier.

lundi 15 décembre 2003

LA VENGANZA DEL FALSARIO MANYAOREJA

De palos cardenales por demás y otras bazofias fui coartado. Antes cabal chiche bombón torraba tu dulce libertad de hombre, cuando no sé qué cancanes de garchas y progresos silbaron al oído su camelo: te ganan por cansancio y aturdir la entendedera: agachá el lomo.

Resignado: muy bien, dije: "perdí".
Y erguido y voy nomás estoico, si medio atetado del marote, camorrero. Y para qué te cuento del cenáculo: los émulos del frívolo laburo profesan ante mí sus sartas de pavadas, las de antaño comunachas.
Siempre aquí siempre lejano oír se deja: fulgura sus brillos con fútiles harapos el dinero; exuda sus festones de grasa en tintineos de: estás acabado, Finibusterre (por caso tal mi nombre).

Ducho en resistires, quise zafar errante y díscolo. También con entereza y a tortazo limpio, figuráte: cuan empecinado todo soy: terco y flor de turro cuando quiero.
Unos me decían aflojá macho, total pa qué te vas a calentar: te tocó. O algo parecido. Recordé al fósil unitario reventando en el matadero su gusanera.
Otros al pasar gritaban chicaneros desas guasadas habituales, medio de coté: andá que te cure Lola (pasa que Lola es mi señora).

De tripas, corazón.
Así que bueno, cargando empecé por una cruz que fue creciendo obscena y lesa, peristáltica. Yo, inoculaba un suero antídoto y salía del paso; bastante bien y un cacho lastimero.
Socolor de modelo de empleado honda inquina iba juntando. De puro grupo, mohíno y ruin me hacía el batilana y todo pur la galleri: para la gilada; vamos.
Que me la banqué y como los duques; cual chupamedias detestable: las parvas que venían cebadas de improperios, con amenazas de fajes y palizas.

Que patatín que patatán, mentís tras otro los cabos se van liando, hermano. Dame tiempo, negrero muñeco patroncito.
Y guarda, que donde me dejaste el hueco te mandé al mango la matraca.
Peligro sublevar ilota.
Incólume.

vendredi 12 décembre 2003

- Martín Pescador, ¿me dejarás pasar?
- NO.
- ¿FIN?
- SÍ.

queselevaser, tiene un caracter repodrido
¿quedó claro?